Edward Estlin Cummings nació en Cambridge, Massachusetts, el 14 de octubre de 1894 y murió en Madison, New Hampshire, el 3 de septiembre de 1962. Su padre, Edward Cummings, fue profesor de Harvard, universidad en la que estudió el poeta y en cuyas revistas literarias publicó sus primeros versos. La obra de Cummings, quien se distinguió también como pintor, es vastísima: más de una decena de poemarios, cuatro obras de teatro y varias de narrativa entre las que destaca su novela The Enormous Room, inspirada en sus vivencias europeas durante la Primera Guerra Mundial. La poesía de e.e. cummings ha ido ganando adeptos con el paso de los años, a pesar de que se le ha acusado de intraducible y caprichoso, por su manía de violentar los convencionalismos idiomáticos. Cummings solía alterar el tradicional orden de la oración y la morfología y el significado de las palabras, desvirtuaba la función de los signos ortográficos y, además, era inconsistente en sus propias mañas y grafías. Por ejemplo, usaba de manera muy arbitraria la mayúscula y la minúscula al comienzo de las frases y en la escritura de algunos vocablos, como «primavera», «abril» y los pronombres personales. Y eso es lo que nota (y aborrece) el que se acerca por primera vez a su poesía. Pero quien persevere en su lectura decubrirá que esas extravagancias son sólo travesuras de un creador genial, difícil de ubicar en una específica escuela o clasificación: un gran artista que expresa con lirismo y sensualidad su fascinante caudal poético, sin afiliarse a ninguno de los «ismos» de su época. Cummings marcó un hito en la literatura norteamericana y hoy se le considera uno de los más importantes poetas del siglo XX. JUAN CUETO-ROIG