Shropshire, Inglaterra, 1817. Geoffrey Wentworth nunca ha querido ser conde, pero al morir su hermano tiene que asumir ciertos deberes familiares. Para su madre, esas responsabilidades se resumen en dos palabras: «matrimonio» y «heredero», y cuando él responde a su llamada y acude a su mansión, descubre que es el anfitrión de una reunión de mujeres, ansiosas por convertirse en la futura condesa de Stratford. Pero la única pasión de Geoffrey es el Parlamento y su deseo de mejorar la vida de los ex combatientes, hasta que una tentadora invitada y un secreto del pasado amenazan su libertad y su corazón? Liliana Claremont es una química brillante sin la menor intención de ser la esposa de nadie y mucho menos condesa. Sin embargo, cuando recibe una invitación a una fiesta en la propiedad del conde, no duda en hacerse pasar por una cazamaridos a cambio de la oportunidad de averiguar qué tuvo que ver el aristócrata con el asesinato de su padre. Liliana está convencida de que la mejor fórmula para conseguir las respuestas que necesita es mantenerse cerca de su enemigo, pero eso no incluye el romance. Hasta que un simple beso inicia una reacción que no puede controlar... «Espero sinceramente que descubráis en mis novelas esa química perfecta?» Heather SnowEn la Inglaterra del siglo XIX, un joven idealista y una mujer científica protagonizan una historia de amor en la que la química es la clave# en todos los sentidos.Heather Snow es una escritora de novela romántica histórica licenciada en Química por la Universidad de Missouri-Kansas City, que descubrió que prefería crear química en las páginas de un libro a generarla en el laboratorio. Es miembro de la asociación de escritores Romance Writers of America y su formación en química la ha ayudado a escribir novela romántica en mayor medida de que lo que sería imaginable ya que, tanto en la experimentación científica como en la literatura, hay que respetar algunas reglas pero, sobre todo, romper muchas de ellas. El romance histórico, además, requiere mucha investigación, como también la ciencia. Muchas de las reacciones químicas necesitan un catalizador para materializarse, del mismo modo que los personajes han de conducir la historia para que llegue a su fin. Por último, tanto la escritura como la química, si se llevan a cabo como es debido, requieren de una mezcla precisa de determinados elementos que han de ser manipulados con cautela para conseguir esa reacción perfecta que te hace suspirar de satisfacción. www.heathersnowbooks.com