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PUDRIDERO

FULGENCIO PIMENTEL
09 / 2012
9788493977221
978-84-939772-2-1
Castellano
Narrativa

Sinopsis

La profundidad de este Pudridero es similar a la que se puede alcanzar al hundir las manos en un cadáver caliente y su efecto es el mismo: una reacción visceral de repulsión y fascinación morbosa. En esta novela gráfica que conjuga elementos del manga más grotesco con la ciencia ficción de vanguardia, Johnny Ryan se desboca por el camino de la pulsión adolescente hormonada e hiperviolenta dibujando un combate inacabable de lucha libre a muerte en un planeta yermo, un videojuego sangriento donde resulta difícil decidir si cada nuevo oponente es más peligroso o más repugnante. Ryan es, en definitiva, un niño jugando a las peleas con sus muñecos y quedándose con sus miembros mutilados entre las manos."Tal vez el mejor y también el más alocado cómic que Johnny Ryan haya hecho hasta ahora. ¡Espero que haga 1000 páginas de esto!" -Jeffrey BrownJohnny Ryan (Boston, 1970) es uno de los autores del panorama alternativo estadounidense más reputados y repugnantes. Sus estudios universitarios de literatura inglesa le sirvieron en gran medida para deletrear sin errores los nombres de las enfermedades venéreas y los distintos tipos de fluidos emitidos por el cuerpo humano. Hacia mediados de los años 90 comenzó a publicar por su cuenta y riesgo el cómic Juventud cabreada, que, apadrinado por Peter Bagge, acabó por editar Fantagraphics, la editorial alternativa americana por excelencia. En Juventud cabreada, Ryan destila la incorrección política más hiriente y un grafismo tan explícito que raya en lo vomitivo, siempre a desenvolviéndose en el ámbito de la historia corta y la viñeta de humor gráfico. En 2009 el dibujante dio un golpe de timón creando Pudridero (Prison Pit), una serie de novelas gráficas que suponen un salto cualitativo en su producción, tanto por su evolución gráfica como por el cambio de tercio narrativo y la mutación en el tono. Pudridero provoca de todo menos risa, aunque al cerrar sus páginas no se pueda evitar la sensación de haber asistido a una gran broma.